10 pasos prácticos para la gestión y administración del tiempo

En algunas ocasiones he escuchado a las personas referirse al término manejo del tiempo, cada vez que lo mencionan me da la impresión que se refieren a algo parecido a una máquina  que podemos encender, apagar, subir y bajar. 

Desafortunadamente el tiempo no se puede manejar, el tiempo se administra. Todos tenemos las mismas 24 horas para ser administradas por nosotros mismos de acuerdo a nuestras actividades, roles y objetivos. 

Y es que entre uno mismo,  la casa, el trabajo, los amigos, la familia y un montón de cosas más, estoy segura que alguna vez en la vida has dicho,  pero es que no me da tiempo para nada. 

Personalmente me resulta muy atractivo utilizar los términos, administración del tiempo y gestión del tiempo cuando se trata de hablar sobre la manera en la que distribuimos nuestras actividades cada día.

Te invito a que me acompañes en este contenido donde estaré compartiendo contigo algunos conceptos, análisis, experiencias y recomendaciones sobre la buena gestión y administración del tiempo, tu tiempo, nuestro tiempo.

¿Qué es administración del tiempo?

La administración del tiempo suena muy fácil y lindo. Pero honestamente requiere de muchísima planeación, esfuerzo y consistencia. Es uno de los elementos más importantes para la productividad personal y profesional. 

La misma comprende los elementos y procesos que utilizamos para planear y ejercitar el control consciente del tiempo empleado en actividades concretas, especialmente para aumentar la eficiencia o la productividad. El objetivo de la gestión o administración del tiempo es ayudarnos a manejar simultáneamente nuestras actividades laborales, sociales, familiares, compromisos e intereses distribuidas en el tiempo.

Utilizar el tiempo eficientemente nos guía para que podamos desempeñar las diferentes actividades que nos consumen en el día a día. 

Creo que deberíamos empezar a cambiar el no tengo tiempo para nada por no tengo tiempo para todo.  En mi caso yo misma digo, no tengo tiempo para todo. Así retomo mi agenda y trato de evitar sobrecargar mi agenda.

Definitivamente hay personas que administran sus vidas de una manera extraordinaria.  Y estoy segura que me encuentro a punto de ser una de estas personas. Sin prisa pero sin pausa.

Empecé a emplear las técnicas de administración del tiempo y a organizar mi vida en base a las cosas que yo decidí fuesen importantes. Aunque me encuentro fuera de mi país natal y cada mes estoy en un país diferente, procuro programar y cumplir todos mis roles en la semana. Por ejemplo, dedicarme tiempo, llamar a la familia y amigos. O al menos escribirles para saber de ellos. 

Aunque parezca automático, uno tiene que forzarse a sacar tiempo para hacer las cosas, de lo contrario nos envolvemos en el afán diario y nos vamos olvidando de las cosas que verdaderamente importan, las relaciones.  A veces la memoria falla y debemos ayudarnos con la tecnología para que nos haga un amable recordatorio, hasta de nuestro aniversario de bodas o el cumpleaños de tu tía que tanto quieres.

Por experiencia, tengo programados en mi calendario todos los cumpleaños y fechas importantes en mi vida. Los que me conocen saben que tengo alarmas hasta para tomar agua. Así no se me olvida la hidratación. Debo garantizar que esas cositas queden programadas en mi tiempo. 

Si al día de hoy sientes que no avanzas o supuestamente no te da tiempo para nada, creo que puedo ayudarte con algunos consejos. ¿Te animas?

Como invitación número 1, te recomiendo que visites mi contenido sobre la Productividad Personal, allí te comparto algunas informaciones relacionadas a la planeación y organización. 

Pero si ya lo tienes súper claro que  necesitas técnicas para administrar y llevarte bien con el tiempo pues aquí mi invitación número 2:

10 Recomendaciones y herramientas para la administración del tiempo

1. Muestra respeto por el tiempo

Que tal si empezamos a reconocer que el tiempo es algo que no podemos ir al supermercado y comprar o pedir por Amazon.

Te imaginas quedarte sin tiempo para hacer algo y que de repente puedas pedirlo prestado a un amigo, a tus padres o a tu pareja. ¿Cuándo piensas que podrás devolver ese tiempo? ¿Será que puedes?

Imagínate que te diagnostican solo 24 horas de vida. ¿Qué harías con tus últimas 24 horas de vida? ¡Piénsalo! A mi se me ocurren un montón de cosas hermosas para que mis últimas horas sean de provecho para mi y las personas que me rodean. 

Y es que al pensar sobre nuestra mortalidad nos damos cuenta que todo el tiempo mal invertido repercute de manera significativa en nuestra vida personal, profesional y laboral. 

Pensar en la mortalidad nos hace tomar más conciencia sobre nuestra vida. Anónimo

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Podemos mal invertir tiempo en personas que no valoran nuestra compañía, que solo nos dan tormento y no aprecian ningún esfuerzo que hacemos por ellos. Pasa lo mismo con empleos que no nos gustan, estilos de vida que no conducen a ningún camino productivo y un largo etcétera. 

Una vez que empezamos  a darle el valor al tiempo que se merece, todo cambia de manera extraordinaria. Y a eso me refiero cuando digo  mostrar respeto por el tiempo. Aunque en realidad el verdadero respeto debe iniciar por nosotros mismos. De esa manera dejaremos atrás viejos hábitos e iniciaremos a tener más claras nuestras prioridades, terminaremos todas las actividades programadas, nos distraemos menos, disminución significativa del agotamiento y por fin obtendremos resultados satisfactorios. 

Identifica en qué inviertes tu tiempo

Hacer las cosas por hacerlas es un hobby muy caro. Piensa en que todo tu accionar debe tener un hilo conductor. ¿Punto de partida? Tener claro tus objetivos, propósitos y metas. Si no logras identificar estos objetivos, propósitos y metas te invito a que te pongas en serio contigo y pienses sobre el rumbo de tu vida. 

No te voy a decir que pienses en cómo te ves en 5 años. Lo que sí te recomiendo es listar tus pasiones, quienes son importantes para ti, qué es eso que sabes hacer naturalmente, qué te gustaría aprender hacer, qué es lo que más disfrutas hacer, qué te divierte, cuáles son tus intereses en la vida, en qué etapa de tu vida te encuentras actualmente, cuáles son tus miedos. Vamos, el FODA de tu vida. 

Una vez que tengas esto bien detallado, empieza a darle orden.

Te adelanto que no todo se podrá lograr simultáneamente, pero ya lo tienes identificado y estoy segura que empezarás a darle utilidad y fecha a cada punto de tu lista. 

¿Recuerdas  al principio de este texto cuando te mencioné que debemos tener claros nuestros objetivos, propósitos y metas? Bien, ahora es tiempo de prestar atención a esas cositas en tu día a día y te cuestiones sobre todo aquello a lo que le das prioridad. Importante y urgente no es lo mismo.

Hasta que no tengas una cotidianidad basada en hábitos, con actividades y acciones que estén enfocadas con tu propósito, seguirás teniendo la misma piedra en el zapato. Una agenda, si es que tienes, llena tareas y acciones que te harán perder tiempo y esfuerzo.

Te invito a que te hagas un montón de preguntas. Hazlo en el espejo, en el baño, en la mesa, en tu descanso, pero enfréntate y toma nota de las respuesta que te das. A lo mejor en esas respuestas están las soluciones a tus inquietudes con respecto a tu forma de administrar el tiempo.

Por ejemplo:

¿Qué pasaría si hago esto en vez de aquello?

Filtra tus actividades. Cuestiónate si realmente te perjudica no hacer esa actividad. Si la dejas de hacer te aleja de tu objetivo. Establece si tiene o no un vínculo con lo que quieres obtener.

¿En qué tiempo puedo hacer esto que quiero hacer? ¿Cuáles herramientas me faltan?

Pasa muy a menudo que nos planteamos tareas muy largas sin modificarlas durante el día o la semana. Planear y no ser consciente sobre el tiempo que realmente disponemos para hacerlo nos puede llevar a la decepción y hacernos sentir que no avanzamos. 

Con el tiempo no se relaja ni se improvisa. Para ello recomiendo tener definido el tiempo que dispones para hacer eso, así puedes planificar y organizar tus actividades sin morir en el intento de quedar bien. 

Este enfoque te permitirá tener una vista panorámica de a qué dedicarás más tiempo y cuales tareas solo se van realizando poquito a poco. 

Presta atención a todo lo que haces desde que te levantas

Veamos..

¿Qué haces? Agarras el teléfono y te pones al día con las redes sociales, ¿Te pones al día con los correos y cosas del trabajo sin haberte lavado los dientes? Supuestamente para estar al día.

Si esto es lo que haces desde que te levantas, permíteme decirte que no vale la pena. Al final ni disfrutas tu bebida de la mañana, ni aprovechas tus primeras horas de la mañana pero tampoco estás al 100% en el trabajo. O estás o no estás. 

Ahora bien, qué tal si cambias las redes y los correos del trabajo por simplemente meditar, recitar tu oración preferida, hacer tu cafecito en paz, leer unas páginas de un libro que te guste, hacer flexiones, escuchar un podcast de motivación, o simplemente  planear tu día. Al finalizar el día no te olvides tachar lo logrado y agradecer. 

Otra pregunta sería ¿Cuáles cosas te ocupan más tiempo en el día? Cuando las tengas identificadas, puedes tener una idea más clara de cuáles actividades te alejan de tus objetivos. Es importante que las tengas identificadas y las saques de tu vida.

Digo, si en realidad este asunto te interesa, de lo contrario no veo ningún problema con que te tires en un día una serie completa de Netflix. Si el asunto es así, luego no te quejes de que no logras nada en tu vida, que no bajas de peso, que no tienes amigos, que en tu trabajo no te valoran o que estás cansado de hacer. Claro ¿Cómo te van a valorar si haces solo lo mínimo y no logras administrar tu tiempo? Hay que ponerse serio en este asunto. Luego verás que los resultados son espectaculares y valen la pena.

Nótese que el ocio también forma parte de nuestra vida y es necesario para retomar energía. No digo que ver una película o una serie sea malo, solo que también debe hacerse de  manera ordenada, consciente y programada. 

Recuerda, esto es un tema de hábitos. Como siempre digo, toma tiempo y esfuerzo montarse en ese maravilloso mundo. 

Margarita Silvestre, capacitación para desarrollo personal, bienestar laboral, habilidades del líder y liderazgo

2. Separa lo que si de lo que no. Prioriza lo importante ante lo urgente

Ya te mencioné que lo urgente y lo importante no se llevan bien.  Saber diferenciar cuando es una cosa o la otra es la clave para conducirnos por el camino correcto cuando se habla de administrar nuestro tiempo. Ser conscientes sobre las tareas que debemos priorizar y llevar a cabo de manera inmediata y de aquellas importantes, que podemos realizar más adelante con calma. 

Aunque debo admitir que hay días en lo que todo parece ser urgente y para ayer. Si el teléfono suena, esto es una acción urgente, ya que se puede perder esta llamada. Pero no necesariamente para lo que llamaban era urgente. Es cuestión de saber discernir, decir no o accionar de inmediato. Pero de manera sabia, no por impulso o emoción del momento. 

Esta distinción entre urgente e importante nos ayuda a  administrar nuestro tiempo, planificar de forma eficaz las tareas y reducir las distracciones.

3. Manitos arriba a la planificación

No podemos andar por la vida en un constante improvisar. Recuerdo algo que le decía a mi equipo de trabajo. Hasta para improvisar hay que planificar. Algunos no lo entendían hasta que empezaron a contemplar posibles imprevistos en la planificación. 

No subestimes el poder de la planificación. No confíes en tu mente. No permitas los sustos constantes, esto no es sano. 

Planificate

Dependiendo de las actividades que debas hacer, vas a requerir  mayor o menor esfuerzo para completarlas. 

Si bien es cierto que con la cotidianidad hay cosas que hacemos con el abrir y cerrar de ojos. Entiendo que en aquellas nuevas y más complejas vas a requerir un poco más de cariño y esfuerzo. 

Una vez que tengamos lo básico controlado, es hora de planificar.

¿Qué debes tener en cuenta para planificar?
  • Tener la tarea identificada y los objetivos que se quieren alcanzar.
  • Descripción de la tarea.
  • Identificar obstáculos, documentarlos y accionar en base a los hallazgos.
  • Tener clara la fecha de entrega del asunto en general.
  • Validar expectativas de entrega versus tu realidad. 
  • Recursos que necesitas para hacer la tarea. Materiales y humanos.
  • Identificar las sub tareas.
  • Cero postulados de buenas intenciones. Elabora tu plan de acción diario. 
  • Poner fecha
  • Mide avance
  • Cumple y respeta tu planificación

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Siempre recomiendo orientar los objetivos en base a la técnica  SMART. Esta técnica se refiere a que los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables, realistas y oportunos. 

Identifica como prefieres planear, si virtual o como el método de siempre, lápiz y papel. 

3. Enfócate y oblígate a mantener el enfoque

Me queda clarísimo que la mejor unidad de planificación es la semana. De esta forma tienes un margen de 7 días para ir avanzando. En cambio si planificas a diario pasarás gran parte de tu tiempo apagando fuego y sin orden. Recuerda que el objetivo de la planificación aparte de tener todo en orden es que tengas paz. Para mi la paz no es negociable. 

Una vez que tienes toda la semana, bien organizada, cada día toma los primeros 10-20 minutos del día para crear una lista de tareas o subtareas diarias que se adapten a la planificación semanal de tus objetivos. Dale prioridad a las tareas para ese día estableciendo un punto de referencia de rendimiento. Por ejemplo, si tienes 10 tareas para un día determinado, ¿Cuántas de estas tareas realmente necesitas realizar  el mismo día?

Con este enfoque estarás apuntando al hábito de la planificación diaria en base a tu planificación semanal. Es como una especie de rutina programada.

4. Programa tus horas de trabajo duro

Lamentablemente hay que obligarse a uno mismo a mantener el enfoque. No lo veas como algo pensado. En cambio te invito a que identifiques tus horas más productivas del día. En mi caso soy fan de las primeras horas de la mañana. Por eso me encanta llegar temprano al trabajo. Me funciona bastante el silencio de esas primeras horas y ahí es cuando me programo para mis horas más fuertes de trabajo. 

Una vez más todo bien planificado. Tal y como comento en mi artículo sobre la Productividad Personal, la técnica de concentración Pomodoro es mi preferida para esas horas de trabajo duro. 

La idea es ayudar a finalizar con éxito, eficiencia y concentración todo tipo de tareas de estudio, creación, lecturas y/o trabajos más mecánicos ya sea en oficinas o espacios creativos.

Consiste en fraccionar las sesiones de trabajo y concentración en porciones de al menos 25 minutos, un descanso de 5 minutos y retomar.

Este artículo fue investigado y escrito con mucho amor para ti. Si te gusta el contenido, no dudes en apoyarme.

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¿Qué hacer en esos 5 minutos de receso? Tomar agua, caminar unos segundo, flexionar la espalda, ir al baño, etc. 

Al finalizar, marcas lo logrado y continuas con las demás tareas básicas del trabajo.

Obviamente habrán interrupciones, ya sea del teléfono, visitas, últimos minutos, fuegos que apagar, personas que ayudar, etc. Lo importante es que no pierdas el enfoque de lo que estabas haciendo. Por eso recomiendo aprovechar las horas que probablemente no te necesiten para otras cosas. 

Déjame saber si te gustaría que escriba más sobre la Técnica Pomodoro.

5. Dile no al desorden

Un espacio de trabajo dominado por el caos, en mi experiencia no puede ser un indicio de buena administración del tiempo. 

Papeles amontonados, bolígrafos que no tienen tinta, envases vacíos, cajas viejas, cosas desfasadas, revistas viejas, la taza de café del lunes, facturas viejas, cajas llenas de materiales, el intento fallido de reciclaje, cosas que no tienen nada que ver con la oficina o el espacio de trabajo, gavetas repletas de todo y nada, a eso me refiero con caos. 

He escuchado a algunas personas decir, yo encuentro orden en mi desorden. No se si funciona, pero hasta ahora no he leído ningún estudio sobre la capacidad de producción en espacios desordenados. 

Honestamente pienso que esto no favorece a la administración del tiempo. Recordar que andamos tratando de optimizar el tiempo.- Y el tiempo es amigo de los lugares en donde todo está a la mano y en orden.

Si no sabes cómo hacerlo empieza por el principio. Mañana mismo prográmate para  ordenar tu mesa y sigue con tus gavetas, estantes y armarios. El orden te ayudará a gestionar mejor tu tiempo y a ser más productivo.

Si se te está complicando el asunto aquí te comparto el método de las 5s

Para nuestros fines, vamos a definir las 5s como la metodología que tiene como objetivo mantener y mejorar las condiciones de organización, el orden y limpieza.

¿Ya te dije que es una metodología Japonesa? ¿No, verdad? 

Bueno, pero no te enojes.  Sí, es una metodología Japonesa y sus iniciales hacen referencia a los siguientes términos: 

Manejo del tiempo: metodologia de las 5S

6. Dile adiós a la procrastinación

Un dicho de toda la vida, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. 

Pero sin ánimos de llegar a los extremos, creo que hay cosas que las podemos hacer de inmediato y otras que ya sea por ser de último minuto o algo urgente, evidentemente te harán dejar para mañana lo que tenías planeado hacer hoy. 

Cuando eso pase recomiendo tomar de inmediato la agenda y cambiar la fecha. Así mantienes el control de tu tiempo y tus tareas a pesar de los imprevistos. 

La procrastinación es uno de los enemigos de una adecuada gestión del tiempo y lo que provoca muchas veces es una agenda llena de cosas que al final del día se debían haber realizado y siguen pendiente ahí.

¿Por qué tendemos a procrastinar? 

A veces no nos gusta o emociona la tarea, no hemos dimensionado la cantidad de trabajo por hacer, no sabemos diferenciar entre lo importante y urgente, atendemos otras cosas de poca importancia y luego ya no nos queda tiempo para lo que verdaderamente importa, y otros factores más que seguramente ya te habrás dado cuenta pero te cuesta admitirlo.

Aquí te comparto una actividad súper sencilla para ponerle un alto a la procrastinación.

Es la regla de 2 minutos. Esta es una estrategia muy simple de gestión del tiempo y su filosofía es que si necesitas menos de 2 minutos para finalizar una tarea, hazla ahora. Esta metodología se centra en las tareas pequeñas, con la convicción de que si la quitas rápido del camino, tendrás más tiempo y más claridad mental para poder concentrarte luego al trabajo de alto impacto y terminarlo.

Intentalo y me dejas saber. 

7. Nunca, pero nunca intentes el estilo multitareas

Personalmente tengo mis dudas y reservas sobre las personas que intentan a toda costa demostrarle al mundo que pueden ser multitasking y a modo casi de comparación intentan reprimir a otros cuando no pueden o no hacen ciertas tareas en el tiempo que ellos esperan. 

Me queda muy bien claro que una cosa piensa quien pide la tarea y otra la persona que va a ejecutarla.O como dicen por ahí, una cosa piensa el burro y otra el que arriba lo arrea.

En este sentido propongo 2 enfoques:

  1. Entender que no todos tienen la misma capacidad de respuesta.
  2. Es necesario que se analicen rápidamente las asignaciones y se aclaren las expectativas sobre el tiempo y capacidad de respuesta. 

Cuando no tenemos dominado el multitasking la mente se dispersa y cuesta volver a centrarnos en nuestras tareas. Es mucho más efectivo terminar una tarea antes de pasar a otra. Si tienes que ocuparte de muchas labores diferentes, intenta clasificar, agrupar y llevar a cabo las que sean similares de forma consecutiva.

Y si sientes que la mente está divagando y pensando en muchas cosas al mismo tiempo, pon orden y anota para luego. 

No inicies a hacer eso que te llegó a la mente. De lo contrario te la pasarás saltando de tarea en tarea y al final no tendrás nada concreto. 

Me ha pasado que estoy escribiendo, luego me acuerdo de una imagen,  una frase, una idea, etc, pero al final son cosas totalmente ajenas a la tarea actual.

Cuando esto me pasa tomo nota para calmar la mente y continuo en mi asunto. Es como decirle a tu mente, sí, sí sí ya te escuché, te pongo en lista de espera, no es el momento. Y si quieres decirlo en voz alta, mejor. Espero que no pase nadie cerca de ti mientras hablas con tu mente en voz alta. (Adjunta a esta lectura una sonrisita)

En otro orden, en realidad  me resulta muy interesante el hecho de que hay personas que se sienten cómodas empleando el estilo multitareas como forma de trabajar. Lo que no me parece interesante es que exijan que los demás vayan a su ritmo.  No es obligatorio ni sano exigir sin saber si los demás están en la capacidad de hacerlo. Toma tiempo y esfuerzo llegar a ese nivel. Entiendo que es un tema de hábitos asociados a la productividad. 

8. Pide ayuda o delega

Pedir ayuda para mí es la mejor forma de iniciar. Entiendo que no siempre tendremos a quien delegar. No me imagino delegando algo a mi jefe, no funciona así el asunto. Lo que sí me imagino es tener una idea clara de todo lo que debemos hacer y expresar tu postura con relación a la capacidad de respuesta de ese momento. 

Ahora bien, las ayudas se piden en orden y con base. Debe quedar claro quién es la persona responsable de la tarea y explicar a los demás porque necesitas ayuda. 

Si no tienes la capacidad de decirles a los demás la dimensión de la tarea y empiezas a pedir ayuda simplemente porque te quieres quitar de encima ciertas cositas, así tampoco funciona el asunto. Juguemos limpio, recuerda que se trata del tiempo de los demás.

¿Cuándo pedir ayuda?

  • Cuando la tarea es amplia
  • Cuando ya identificaste que los recursos son escasos con relación a la tarea
  • Cuando estás presentando dificultad para sacar algo adelante
  • Cuando identificas que hay subtareas que dependen de otras personas o departamentos.
  • Entre otros…

Para pedir ayuda te recomiendo construir relaciones, llevarte bien, respetar a los demás y estar dispuesto a dar tu mano cuando cambie la cara de la moneda. De lo contrario no prometo que te ayuden. 

Y muy importante, agradece a los demás por la disposición de apoyo, tanto al inicio como al finalizar el proyecto.  De esta forma dejas las puertas abiertas. 

9. Evalúa cómo vas

Lo que no se mide no se puede mejorar.

La evaluación es necesaria en el proceso de planificación para que se logre cumplir con los objetivos. Por ello se debe dar un seguimiento de cómo se están llevando a cabo las actividades y cómo se están alcanzando los objetivos.

Ya sabes que debes planificar tu semana y hacer esfuerzos diarios. Bueno, en función a esta planificación vas a evaluar tu avance en la misma unidad que planificaste, semanalmente. Al cierre de cada semana revisa y corrige igual lo que te propusiste.

Si empleas las primeras horas de la mañana para organizar tu planeación del día, se te hará más fácil el día 7 medir tu avance. 

Pero no te compliques con esquemas super estructurados de planeación y medición. En un caso básico, con que tengas claros los objetivos que quieres lograr, desarrollarás las tareas necesarias para alcanzar ese objetivo. Obviamente no es lo mismo la planeación de un proyecto administrativo, de hogar, personal que uno de ingeniería e infraestructura y cálculos que deben ser exactos. 

Al final vamos a cotejar el avance, corregir lo que se puede mejorar y tomar acción. 

Para los propósitos de este artículo nos estamos enfocando en las tareas personales y profesionales básicas. 

10. No te olvides celebrar y divertirte

Algo que me he dado cuenta es que nos encontramos tan inmersos en las tareas diarias, en hacer, hacer, producir, hacer esto aquello y lo otro. Terminamos un proyecto y no nos damos ni la más mínima oportunidad de celebrar o al menos reconocer que estamos avanzando.

Para mi es muy importante darme mi palmadita en los hombros cuando logro algo que me costó lo más valioso que tengo, mi tiempo. 

Es por ello que recomiendo a todo profesional que ponga en su planeación un apartado para celebrar y saborear el éxito. 

Y no me refiero a una gran fiesta, me refiero hasta tomarnos unos minutos y pensar en lo bien que nos sentimos de haberlo logrado. invitarnos un café, un jugo, un heladito. Regalarnos un bolígrafo nuevo o algo que nos recuerde lo comprometidos que estamos.

¿Motivo? Sencillo, celebrar nuestros propios logros nos brinda la suficiente motivación para seguir proponiendo nuevas metas y objetivos, además de que renueva las energías, mejora la autoestima y promueve un pensamiento más positivo y constructivo.

Si notas que tu entorno no acostumbra a celebrar, toma la iniciativa y emplea sutiles comentarios, como ¡Wow lo logramos! que bien se siente. ¿Nos tomamos un café? ¿Almorzamos juntos? Expresa tu alegría y tu necesidad de cerrar un ciclo con un pequeño reconocimiento personal. 

Si los demás no se montan en tu idea, pues celébralo por ti y para ti. Al final del día eres quien te debe mantener motivado en todo  momento. Tu felicidad no debe depender de las circunstancias externas. Apláudete tu mism@ y tira siempre para delante, no te detengas. 

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