Hace unos días, un amigo muy querido me escribió con una propuesta tentadora: cuatro días en República Dominicana para colaborar en un proyecto profesional. Era una buena idea, emocionante incluso. Pero también significaba sacar un vuelo de último minuto, preparar contenido formativo en tiempo récord, reorganizar todo lo que ya estaba andando… y sobre todo, robarme las semanas que necesito para volver a mí.
Le dije que no.
No fue un “no” por falta de ganas o por rechazo al trabajo. Fue un “no” por amor a mis límites. Por respeto a mis ritmos. Por esa decisión consciente —y valiente— de priorizar mi bienestar sobre cualquier oportunidad que no esté alineada con mi energía actual.
Y no estoy huyendo, estoy regresando, que conste
Tengo un viaje programado a India. Me voy a finales de julio a certificarme como instructora de yoga, a profundizar en prácticas de sanación, meditación, respiración y presencia. Pero más allá del viaje en avión, ya siento otro viaje empezando: el viaje de regreso a casa. A mi centro. A lo que soy cuando me cuido.
Volver a mí significa recuperar mis horarios de sueño, comer con atención, hacer yoga sin apuro, mirar el cielo sin culpa, escribir por placer, y pasar tiempo sola sin que me duela. Te adelando, subí de peso, pero toy felí. ajajaj

De todos modos, esto no significa decir “sí” para complacer, ni “quizás” cuando en realidad es un “no”.
Volver a mí es un acto de autocuidado por mi y para mí. Y también es una declaración de amor. Porque, como he aprendido, nadie puede sostener a otros si no se sostiene a sí mismo primero.
Pero… ¿qué es eso de “mi centro”?
Durante años viví la vida que muchos llaman “normal”. Trabajos estables, jornadas largas, responsabilidades, compromisos sociales, correos que no paran, listas de pendientes que nunca se acaban.
Y lo entiendo. Es lo que toca muchas veces. Pero llegó un momento en que me pregunté:
¿Esta rutina es mía o la heredé sin revisarla?
¿Me hace bien o solo me mantiene ocupada?

Así empecé a soltar. Y poco a poco, diseñé una vida distinta. Más libre. Más alineada. Más mía.
Pero ojo… no es perfecta.
Ni siquiera “zen” todo el tiempo.
En las últimas semanas, por ejemplo, no he logrado acostarme temprano ni levantarme al amanecer como me gusta. He tenido conversaciones sobre cualquier cosa menos lo que realmente nutre mi alma. Me he enredado en la vida diaria. Y hasta he chismeado.jajaja eso no se va.
Y aún así… no me juzgo.
Según yo el bienestar no es solo jugo verde y aceite esencial. Ni Namasté pa’ quí y pa” llá”.
A veces bienestar es quedarte hablando con una amiga hasta tarde.
Es reírte de lo absurdo.
Es comer ese postre.
Es decir “sí” a una charla sobre nada porque en ella hay cariño.
El centro, entonces, no es rigidez.
Es conciencia.
Es saber volver.
Y tú, ¿cómo puedes volver a tu centro?
Volver al centro no siempre es fácil, pero es posible. Aquí te dejo algunas ideas simples y amorosas por si tú también estás sintiendo ese llamado:
- Crea un pequeño ritual diario (una vela, una respiración, una palabra que te recuerde tu esencia).
- Haz una lista de lo que sí te hace bien… y empieza por lo más sencillo.
- Apaga el piloto automático. Aunque sea por 5 minutos al día.
- Revisa tus “sí” automáticos. ¿A qué estás accediendo por miedo o por costumbre?
- Abraza tu ritmo. Quizás tu centro no es madrugar, sino dormir más. Escúchate.
- Permítete soltar sin drama. No todo se tiene que cerrar con broche de oro. Deja el show por Dios.
- Recuerda que no tienes que demostrar nada. A nadie.
Mi manera de volver
Yo estoy volviendo.
Con yoga, caminatas lentas, conversaciones reales y silencios nutritivos.
Con baños de sol, risas espontáneas y mucho journaling.
Con una taza de té caliente, con una playlist suave, con respiraciones largas.

Estoy volviendo porque la vida no me quiere perfecta, me quiere presente.
Y tú… ¿desde dónde estás volviendo?
Si este texto te habló al corazón, compártelo con alguien que esté buscando también su camino de regreso.Con amor,
Margarita

Margarita
Hotelera, facilitadora, emprendedora y nómada digitalMi objetivo principal es apoyarte a lograr la mejor versión de ti y llevarte a donde quieras llegar.
¿Estas list@ desactivar tu siguiente nivel?
Permíteme ayudarte con algunas herramientas para tu desarrollo personal y profesional, que estoy segura te encantarán experimentar.